Ha terminado el Mayo Global 2013. Segundo aniversario de la
gran manifestación ciudadana del 15 de mayo de 2011. Segundo aniversario de lo que se ha
dado en llamar, probablemente por simplificar, Movimiento 15M. Es más exacto, creemos,
llamarlo Movimiento Ciudadano.
Con este motivo, no ha habido medio informativo que no haya
dedicado páginas y espacios a analizar el estado de la acción popular.
Analicémoslo desde la perspectiva de quienes formamos parte
de la ciudadanía.
Los “perroflautas”, denominación de la sabia Esperanza
Aguirre, seguimos en la brecha.
Esperaban que nos cansáramos pronto, que nos disolviéramos
como un azucarillo. Sin afán de triunfalismo: aquel terrón de azúcar se ha solidificado, y
ha impregnado con su sabor y su olor a toda la sociedad.
Ciertamente, las 11 plazas del Mayo Global han tenido poca
participación ciudadana. Pero,
sin afán de triunfalismo, esto es solo una anécdota. Como lo
es que las asambleas de pueblos y barrios tengan ahora menos asistentes.
El Movimiento ha cambiado profundamente en estos dos años.
Se ha especializado, que no
dividido, y ha ganado fuerza. Han surgido las Mareas, cada
una denunciando los avariciosos
recortes en su área: sanidad, enseñanza, dependencia,
desempleo, igualdad de sexos, etc. Y con frecuencia se unen, nos unimos, en la convocatoria de
manifestaciones contra el sistema.
Manifestaciones multitudinarias, impensables hasta el 14 de
mayo de 2011. Y existen Plataformas de acción, también especializadas, que han conseguido que su
denuncia llegue, y sea reconocida, a la mayoría de la ciudadanía. El mejor ejemplo, la de
Afectados por la Hipoteca. La campaña de desprestigio focalizada en su portavoz, Ada Colau, fue un
absoluto fracaso. Un éxito del Movimiento Ciudadano.
La política y la economía están en la calle. Ha superado las
conversaciones en bares, y los
espacios especializados. Y la queja general, y superficial,
se ha convertido en crítica informada. Y en acción.
Las encuestas, oficiales y privadas, coinciden en el rechazo
de una política y la economía
depredadoras. Y en el profundo desprestigio de los
político/as del sistema. Y de las/os economistas que apoyan y justifican la prevalencia de las finanzas sobre
la producción de bienes y servicios. La economía real. Del “que no nos representan, que no” y el “poco pan para
tanto chorizo”, hemos pasado a la exigencia de un nuevo sistema electoral, que refleje con
exactitud el voto ciudadano. Y a la denuncia concreta de los corruptos y corruptas, de los que piden
sacrificios pero roban lo que es de toda la ciudadanía.
Son solo dos ejemplos, indicativos de que estamos en el buen
camino. Y esto no es
triunfalismo. Falta mucho de ese camino. Por ejemplo, atraer
a quienes aún se conforman con
quejas de bar. Y sobre todo, concretar las características
de ese “otro mundo posible” que queremos construir.
Madrid, 1º de Junio 2013
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