En el centro de la plaza en un gran mural pintado manualmente podían verse dibujos alusivos a Palestina y a la solidaridad con el pueblo palestino además de frases como “Alto el fuego ya”, “Boicot a Israel” o “Israel genocida, Europa patrocina” y a decenas de manifestantes portando pequeños bultos envueltos en sábanas en recuerdo y homenaje a los más de 17.000 niños y niñas asesinados en este genocidio. Al frente de la manifestación la pancarta “Paremos el genocidio del pueblo palestino” que preside los actos organizados por la Plataforma segoviana por el pueblo palestino.
Tras la lectura de la primera parte del manifiesto titulada “Matanza de los inocentes” en la que se explicaban con claridad los motivos del acto. El numeroso grupo de manifestantes se puso en marcha portando más pancartas con imágenes y frases alusivas al tema central, incidiendo en el alto el fuego inmediato y en señalar las consecuencias de este genocidio y a los responsables y colaboradores con el mismo. Por megafonía se escuchaban campanas de duelo por las más de 47.000 personas asesinadas, acompañadas de frases coreadas constantemente con similar contenido.
Durante el recorrido se distribuyeron entre la población en general imágenes informativas, en formato de postales, que ilustraban el contenido de los mensajes leídos.
La manifestación discurrió por la Avenida del Acueducto hasta llegar frente a la sede del Banco de Santander y del BBVA donde se hizo un alto en la marcha para leer la segunda parte del manifiesto titulada “Los bancos responsables” en la que se citaros sin ambages los nombres de países, bancos y personas que colaboran con esta matanza, destacando a las dos entidades bancarias frente a las que se dio lectura.
La marcha continuó hasta San Millán, lugar en el que se leyó la tercera y última parte del manifiesto, en este caso titulada “Los niños muertos”, y se entonó por segunda vez un villancico con la música del conocido “Noche de paz” con la letra modificada para aludir a la actual situación de masacre y genocidio. Durante la lectura y la canción se colocaron, a los pies del motivo navideño colocado en la plaza, los pequeños bultos envueltos en sábanas en recuerdo y homenaje a los más de 17.000 niños y niñas asesinados en este genocidio.
Con unas últimas palabras en nombre de la Plataforma segoviana por el pueblo palestino y un respetuoso aplauso de solidaridad, se cerró este emotivo acto.
https://segoviaconpalestina.blogspot.com/
Mientras el occidente opulento se dispone a celebrar unas fiestas que hace tiempo dejaron de tener otro significado que no sea la promoción del consumo desbocado, promovido por los miles de bombillas que nuestros ayuntamientos multiplican, en otras latitudes personas como nosotras están padeciendo circunstancias tan apocalípticas que nos son difíciles de imaginar.
Gaza y sus dos millones de habitantes con sus sufrimientos son el contrapunto de nuestra feliz despreocupación en un mundo que parece haberlos olvidado. Ya no son noticia en los medios de comunicación convencionales, y las redes parecen interesarse por otros temas de actualidad o en todo caso por las banalidades con las que nos proponen llenar el tiempo.
La realidad es terca y por mucho que queramos mirar para otro lado es ella la que nos devuelve la mirada para que no podamos escapar a la responsabilidad que nos corresponde, por ese sufrimiento que, por mucho que queramos evitarlo, también es el nuestro. Ver y escuchar el dolor que el ser humano es capaz de infringir a un semejante, quizás nos ayude a madurar nuestra solidaridad con los que no han tenido la suerte de nacer en nuestras latitudes.
Dejémonos interpelar por la crueldad que supone ver sufrir a un pueblo entero, el palestino, indefenso e inerme ante la agresión de un estado poderoso, tan cruel como inhumano: el Estado sionista de Israel. Hagamos el esfuerzo de ponernos en el lugar de las familias que todavía sobreviven después de 14 meses de violencia inusitada, que ya se ha cobrado más de 45200 muertos, por parte de un ejército para el que todos los habitantes de Gaza son terroristas.
¿Qué pueden sentir aquellos cuyo único cobijo es una tienda de campaña, porque su casa fue destruida por las bombas israelíes, que han sido obligados a vagar de un sitio a otro de la Franja de Gaza acosados por las bombas del que gusta llamarse “el ejército más moral del mundo”?
¿Seremos capaces de estar junto a los que lo han perdido todo y viven en la constante incertidumbre de que en cualquier momento pueden ser aniquilados por las bombas de la aviación israelí, y los drones que sobrevuelan constantemente el cielo de Gaza?
¿Seremos capaces de ponernos en el lugar de las madres y padres, contando con que sigan vivos, que no pueden dar nada de comer a sus hijos, que carecen de agua y de cualquier otra cosa necesaria, por el férreo asedio de Israel y su negativa a dejar pasar la ayuda humanitaria, contraviniendo las órdenes de la Corte Penal Internacional?
¿Alguno de nosotros podría asistir impávido al tormento de ver sufrir a un hijo o familiar cercano, sin poder paliar su dolor porque ya no existen en Gaza infraestructuras sanitarias dignas de tal nombre, ni se puede contar con medicamentos porque Israel lo impide?
¿Podremos hacernos cargo del dolor extremo que supone el asesinato de los hijos o, para estos, el de sus progenitores, incluso el de todos los miembros de su familia, por el odio asesino del ejército de Israel que no duda en disparar contra la población civil, niños, mujeres o ancianos, para saciar su sed de venganza?
Esto y mucho más, a lo que no pueden alcanzar las palabras, es lo que lleva sucediendo desde hace 14 meses Gaza, pero también en Cisjordania, y recientemente en el Líbano y Siria. Estamos asistiendo impasibles a un genocidio que ya nadie en su sano juicio es capaz de negar.
Por más que nos tilden de “antisemitas” y los gobiernos occidentales persigan las manifestaciones de solidaridad con el pueblo Palestino y continúen dando su apoyo militar, económico y diplomático al genocida Estado de Israel, seguiremos defendiendo la causa del Pueblo Palestino.
No podemos callarnos ante este atentado contra la humanidad de la que todos formamos parte.
CESE INMEDIATO DE LA AGRESIÓN ISRAELÍ.
VIVA EL PUEBLO PALESTINO LIBRE.
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