lunes, 15 de septiembre de 2025

Un punto de vista del paso de La Vuelta Ciclista por tierras segovianas

 

En Segovia muchas personas se han manifestado en contra de la participación de Israel en eventos con intención de normalizar y limpiar su imagen: campeonatos deportivos, culturales, musicales, comerciales y políticos. Es evidente su intención de politizar estos eventos al mismo tiempo que acusa a los demás de tratar de politizarlos.

La narración que viene a continuación se encuadra en este escenario, es una visión personal de lo vivido y sentido a lo largo de la jornada del 13 de septiembre, día en que la Vuelta Ciclista a España pasó por la provincia de Segovia.

Desde que esta prueba ciclista comenzó, y aún antes, hubo protestas en toda España por la participación del equipo de Israel, cuyo gobierno y fuerzas armadas están perpetrando un genocidio en Palestina. La Plataforma Segoviana por el Pueblo Palestino, formada por diversos colectivos entre los que se encuentra el Foro Social de Segovia, del cual formo parte, se hizo eco de estas protestas, las hizo suyas y decidió tomar parte de forma activa.

No sería necesario señalar el carácter absolutamente pacífico de las acciones de la Plataforma, pero lo quiero constatar aquí para salir al paso de todas la criminalización y acusaciones constantes que en ese sentido se vienen vertiendo repetidamente desde partidos políticos y medios de comunicación.Después de jornadas de preparación, reuniones, comisiones de trabajo y asambleas, la mañana del 13 de septiembre comenzó pronto con la preparación del material y la coordinación. A las 11:00 h, con todo preparado, una asamblea de más de cincuenta personas dispuestas a participar valoró las fuerzas, las acciones propuestas y la mejor forma de llevarlas a la práctica. Éramos conscientes de nuestro papel, una pequeña parte de un escenario más amplio, con otras organizaciones preparando movilizaciones en distintos puntos de la provincia y otras más en la provincia de Madrid. Pero era nuestra parte y por ello íbamos a centrarnos en ella con toda nuestra fuerza.

Se repartieron banderas, kufiyas, pegatinas, carteles, hojas informativas, pancartas y toda suerte de material informativo y propagandístico con el fin de visibilizar y explicar nuestros puntos de vista.



Tras la asamblea grupos de manifestantes se dirigieron con el material pertinente a los puntos acordados. En mi caso formé parte del grupo que debía llevar a cabo su acción en las inmediaciones del Puente de la Cantina, justamente en el comienzo de la ascensión al puerto de la Siete Revueltas (Navacerrada).

La marcha fue larga, a veces por caminos y otras por la carretera, el recorrido a pie duró unas tres horas, el ambiente en todo momento excelente, mezcla de buen humor, reivindicación y lucha por la paz. Hicimos frecuentes paradas para colocar carteles informativos en diversos lugares del recorrido: quitamiedos, postes, carteles… en ellos podían leerse los motivos de la acción, se pedía

la búsqueda y captura de Benjamín Netanyahu como principal responsable del genocidio, se difundía a través de direcciones web y códigos QR el contacto con la Plataforma y se pedía repetidamente la expulsión del equipo de Israel de la Vuelta a España habida cuenta de la evidente misión de blanqueo de imagen que este equipo pretende.

De esta forma, con nuestros limitados medios tratábamos con hacer frente a informaciones tendenciosas que disponen de muchas páginas escritas y muchos minutos en medios de comunicación para denostar nuestra protesta con acusaciones de politización, de ser unos descerebrados, de ser contrarios al espíritu deportivo e incluso de violencia. Acusaciones que han ido subiendo de tono, valgan como ejemplo de ello los comentarios escuchados en TVE a través de su comentarista Perico Delgado, segoviano como nosotros, aunque con una sensibilidad muy distinta.

La carretera estaba cortada para el tráfico de vehículos a motor, pero sí había ciclistas aficionados que aprovechaban para hacer un recorrido libre de humos y motores. Pero sobre todo coches y motos de policías, decenas de vehículos policiales subiendo y bajando.

La policía antidisturbios nos paró en uno de los caminos y procedió a nuestra identificación individualmente, fotografiando nuestros carnés de identidad. Les preguntamos el motivo de la identificación y la respuesta fue “Por seguridad”, sin más. Les pedimos a ellos que se identificasen también y uno de ellos se ofreció incluso a que fotografiásemos su número de identificación, el resto la llevaba oculta, se la pedí a uno de ellos y recitó a toda velocidad unos números y letras incomprensibles para mí, así que me quedé sin identificarle. El encuentro transcurrió de una forma educada y seguimos nuestra marcha sin más incidentes.

Al llegar al Puente de la Cantina nueva identificación policial a los compañeros que llegaron los primeros. Allí, pese a problemas con la cobertura de los móviles, fuimos recibiendo noticias de las acciones en muchos puntos de la provincia. Todo preparado en cada punto acordado, mucha presencia de la policía y fuerzas de seguridad, en todos los sitios. Dos manifestantes que estaban ya allí con sus banderas nos recibieron agitándolas y al poco nos unimos en un solo grupo que compartía la misma lucha.


Tras comer un poco tomamos posiciones en el margen de la carretera con el despliegue de banderas y kufiyas, megáfono de ambiente, pancarta con el lema “Por genocidio, fuera Israel de la Vuelta”, cacerolas y gritos al aire con consignas tales como “Israel genocida”, “Palestina libertad”, “Free, free Palestine”, “Netanyahu asesino” y otras más. Mantuvimos la acción durante el paso de los pelotones de ciclistas y vehículos.

Al final comenzamos a conocer la situación en otros lugares, en todos la presencia de manifestantes pacíficos, pero contundentes y reivindicativos se hizo notar con fuerza.

De regreso a nuestros hogares estábamos cansados físicamente, pero con la sensación de que la misión estaba cumplida por hoy, con la moral muy alta y con la mirada en la jornada de la última etapa de la Vuelta, en Madrid, al día siguiente.

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