Contra el uso de veneno para combatir la plaga de topillos

El Foro Social de Segovia como en años anteriores critica la actuación en el control de plagas de topillos que se está llevando a cabo en algunas zonas de Castilla y León, como por ejemplo, en el área segoviana de la Sierra de Guadarrama. La ineficacia de las medidas de control, utilizadas además en otras campañas anteriores, y el elevado e inútil coste que conllevan.

Igualmente criticamos la ineficacia de la quema de cunetas, linderas, parcelas y desagües en zonas agrarias por el daño contra la biodiversidad que representa, además del riesgo de erosión y de incendio y la eliminación de microorganismos beneficiosos para el suelo.
El gran aumento de las densidades de topillo campesino y de ratón moruno en algunas zonas ha provocado que la Junta de Castilla y León estimule además el reparto de veneno a agricultores, con lo que las acciones de prevención y control, aparte de ineficaces, están totalmente descoordinadas. Hay que recordar que la utilización de estas medidas constituye una infracción muy grave, que puede suponer sanciones de hasta tres millones de euros.
La prevención de plagas ha generado en otras campañas una inversión de 16 millones de euros. Un despilfarro si se tiene en cuenta el desembolso posterior de otros 9 millones en compensaciones por daños provocados. Por ello solicitamos una mejor adopción de medidas de control y riesgo estipuladas en la Directiva de Uso Sostenible de Plaguicidas y una gestión integrada de las plagas en la que se tenga en cuenta la diversidad del paisaje, los mecanismos naturales de control y la protección de los cultivos.
Los topillos y ratones morunos son unos habitantes habituales de nuestra tierra y han convividos con la agricultura desde sus orígenes. Cíclicamente se producen aumentos de población que se convierten en plaga y producen ciertos daños en las cosechas, pero tras una o dos campañas por sí solos se regulan y vuelven a colocar la población de estas especies en los niveles habituales. Los daños que producen en las cosechas siempre han estado asumidos como un fenómeno natural más, al igual que produce daños un año con fuertes heladas o una sequía más prolongada de lo habitual.
El tipo de agricultura que hoy se practica, con una necesidad de rendimiento del 100 %, incapaz de encajar en su modelo económico una mala cosecha o una pérdida temporal de parte de la producción y alejada de los usos tradicionales, hace que estas situaciones se produzcan con mayor frecuencia y sus consecuencias cada vez más devastadoras.
La conversión de grandes extensiones de secano (con el tradicional cultivo de cereal en toda Castilla) en regadíos, además de agotar acuíferos, favorece la expansión de topillos (los topillos cavan sus galerías con gran facilidad en tierra húmeda).
Los gatos son el mejor recurso natural contra los topillos y ratoncillos. En los últimos años ha disminuido considerablemente su presencia. Habitualmente acompañaban al agricultor en sus huertas y pequeñas explotaciones. Donde aún se conservan, con su sola presencia controlan una parte importante de estas plagas.
Los usos agrícolas que se ponen en práctica  hoy día en muchos terrenos cultivados con el argumento de obtener una mayor producción en nada favorecen el equilibrio natural logrado durante generaciones de agricultores respetuosos con la tierra: el abono artificial, los pesticidas, herbicidas, fungicidas, monocultivos, cultivos trasgénicos, insecticidas, la pérdida de biodiversidad y pérdida de especies autóctonas (quizá aparentemente menos productivas, pero más adaptadas y resistentes) ... y todo el resto de agresiones con productos no naturales que se utilizan en muchas tierras de cultivo, además de contaminar la tierra por generaciones y empobrecerla,  provocan el desequilibrio ecológico que afecta a la naturaleza en su conjunto como es el caso de las plagas indeseadas que ahora nos ocupa.
LIFE+VENENO.