A Luis Yuguero, "Luigi", con amor verdadero
Buenos días, navegantes.
Están siendo unos días complicados...
Se acaba de marchar
una persona fundamental en mi vida.
Otra estrella más en el inmenso cielo.
Mi querídisimo Luís Yuguero,
Los hijos de padres separados,
a veces tenemos suerte.
Eso ocurre cuando tu madre, o tu padre,
tras su separación,
encuentran a una persona buena
con la que compartir su vida.
Esto es una suerte, primero, por ellos:
mientras ellos más felices estén
la vida es más apacible.
Y en segundo lugar, para uno mismo,
pues tener a una persona buena
ejerciendo de segundo padre en tu vida
es un verdadero regalo.
Luís, además de querer a mi madre
con toda su alma,
quiso a sus hijas; mi hermana y yo,
de la misma manera.
Fue un padre cuando salía de una niñez
que me resultó tan terriblemente incómoda,
cuando estaba llena de complejos, de miedos.
Me acompañó cuando lloraba de tristeza
sin saber el motivo.
Cuando estaba en plena adolescencia
y empezábamos a salir por la noche.
Luigi venía con la furgoneta a buscarnos a Segovia
para volver a nuestra casa de Torrecaballeros.
Siempre con buena cara,
fuese la hora que fuese.
Fue como un padre cuando con 17 años
tuve mi primer novio...
Y por supuesto, también lo fue en tantos
buenos momentos y en tantos ataques de risa.
Su risa...
Cuánto te recuerdo querido Luigi...
Se me encoge el corazón.
Me acuerdo cuando mamá y tú
teníais el restaurante,
"El Fogón de la tía María"
Yo trabajaba con vosotros.
Recuerdo cómo madrugábamos,
y mientras tú empezabas a asar el cordero
en ese horno que tanto te gustaba,
yo limpiaba y ponía en bonito el comedor.
Siempre de fondo Sardá y el señor Casamajor...
Y si no, el interminable "Bolero de Ravel"
Tus vinos, el pan que te gustaba tanto...
Tu delantal, tu chaleco de mil bolsillos,
tu cámara de fotos.
Tu "Carbonero el Mayor".
Tus niños saharauis, tu Sahara.
Tu barba, maravillosa barba de santo.
Lo que eras.
Te iba que ni pintada querido segundo padre.
Recuerdo los años que compartiste con nosotras
tan vívidos, tan bellos, tan ingenuos,
bohemios y esperanzadores...
Te quiero tanto...
Y no sé si te lo dije tanto
como me hubiera gustado...
Luego pasa lo que pasa,
las parejas se rompen
y esa persona que ha vivido en tu casa,
que ha sido como tu padre
comienza una nueva vida,
y conoce a una nueva familia
y es feliz con ella.
De lo que siempre me alegraré tanto...
Aún así, siempre nos veíamos.
Al menos, dos o tres veces al año.
Venía a mis presentaciones
y mientras le dedicaba los libros
para sus nuevos sobrinos,
él orgulloso decía "Es mi hija"
Y yo le miraba y le decía "te quiero".
Pero tonta de mí, no me levantaba
y le abrazaba fuerte
como ahora me gustaría hacerlo.
Te he querido tanto Luigi...
Ay, lo que siento no habértelo dicho más...
Comparto esto con vosotros
sintiendo un poco de pudor
pero necesitaba hacerle este pequeño homenaje.
Somos muchos los que le queríamos
porque os lo digo de verdad,
era una persona BUENA.
Buena de verdad.
Fijaos si era buena, que cuando cada año
pinto a San Frutos siempre se le parece.
Sin pensarlo dibujo a un santo y me sale él.
Siempre en mi corazón, para siempre.
MONICA CARRETERO A mi queridísimo Luis Yuguero, "Luigi". Mi segundo padre.
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