Otro viernes más nos encontraremos para hablar de Igualdad y esta vez a través de una película muy especial “TOMBOY”.
Como siempre, tras el visionado de la película abriremos un coloquio para reflexionar y compartir, esta vez, sobre la identidad sexual y su búsqueda.
Os espero el viernes 5 a las 18:00 en la Biblioteca Pública de Segovia.
Coordina el ciclo Clara Pascual
DIRECCIÓN: Céline Sciamma
REPARTO: Zoé Héran, Malonn Lévana, Jeanne Disson
PAÍS: Francia AÑO: 2011 DURACIÓN: 82 min
SINOPSIS:
Tras instalarse con su familia en un barrio de las afueras de París, Laure, una niña de diez años, aprovecha su aspecto y su corte de pelo para hacerse pasar por un chico con la complicidad de la hermana pequeña. En su papel de Michael, se verá inmersa en situaciones comprometidas; por ejemplo, Lisa, una chica de su grupo de amigos se siente atraída por ella. ¿Cuáles serán las consecuencias cuando se descubra su engaño?
Su familia es idílica con una hermana cargada de ternura, un padre atareado y una madre a punto de dar a luz a su tercer retoño. Estamos al final del verano, las horas de calle y los juegos en el bosque y el lago conformarán la trama en la que se va descubriendo un cuerpo en el inicio de la pubertad y una identidad para definir.
Laure, ahora llamado Michaël, se siente diferente, sabe que el sentirse hombre debe ir acompañado de genética. Sin embargo, no tiene reparos puesto que sabe que es quien es. La mentira existe sólo en el nuevo mundo que se le plantea, sus nuevos amigos no se percatan de la situación.
Para todos es Michaël, se siente nacida libre, es quien es porque quiere serlo. Es consciente de que su físico puede mantener la mentira.
Son los detalles como un escupitajo, un bañador o un simple trozo de plastilina los que transmiten la situación confusa y compleja que Laure tiene que afrontar. Es la ternura de su hermana pequeña la que enseña al mundo el significado de las palabras amor y apoyo.
Una película sobre la infancia y sobre la búsqueda de la propia identidad y del lugar que cada uno ocupa o quiere ocupar en este periodo de aprendizaje previo al paso a la adolescencia, ese periodo de la vida en el que las emociones ambiguas y la sensualidad están vírgenes de los protocolos sociales que los padres y la sociedad se encargan paulatinamente de imponer. Una inocencia de duración escasa pero que debería permitir la libertad de elegir su propia vida, su identidad, sin preocuparse de las obligaciones sociales.
Conmovedora, bella, inteligente en el planteamiento de las dudas, las certidumbres y las posibles certezas entorno a la identidad de género y su correspondencia o no con la identidad sexual. Tomboy nos permite, con una trama sencilla y un ritmo pausado, indagar sobre el desconocimiento y la incomprensión social de la transexualidad, y los temas de identidad sexual en la infancia. A través del personaje de Laure / Mickael, en su cotidianidad veraniega y en interacción con el resto de niños, se pone de manifiesto el poder de las imposiciones de género y el rechazo social que implica la transgresión de estas fronteras.
Película con un final abierto que no se resuelve con una respuesta clara. El espectador tendrá que hacer sus propias conjeturas: si el cambio fue por gusto, de manera temporal, si fue a partir de su propia exploración y redescubrimiento sexual o si es un verdadero deseo que marcará su vida. Lo importante no es la orientación sexual del personaje, sino cómo enfrenta una realidad que le resulta propia y que le es difícil referir a los demás, incluidos los propios padres. La escena final es contundente al determinar la decisión de Michael y lo maravilloso que debe resultar sentirse aceptado.
Para saber la verdad en cuestiones de identidad sólo vale la palabra del sujeto implicado en su ser, que es propio de cada uno y de cada una. A los demás sólo nos cabe respetar esa elección.
DIRECCIÓN: Céline Sciamma
REPARTO: Zoé Héran, Malonn Lévana, Jeanne Disson
PAÍS: Francia AÑO: 2011 DURACIÓN: 82 min
SINOPSIS:
Tras instalarse con su familia en un barrio de las afueras de París, Laure, una niña de diez años, aprovecha su aspecto y su corte de pelo para hacerse pasar por un chico con la complicidad de la hermana pequeña. En su papel de Michael, se verá inmersa en situaciones comprometidas; por ejemplo, Lisa, una chica de su grupo de amigos se siente atraída por ella. ¿Cuáles serán las consecuencias cuando se descubra su engaño?
Su familia es idílica con una hermana cargada de ternura, un padre atareado y una madre a punto de dar a luz a su tercer retoño. Estamos al final del verano, las horas de calle y los juegos en el bosque y el lago conformarán la trama en la que se va descubriendo un cuerpo en el inicio de la pubertad y una identidad para definir.
Laure, ahora llamado Michaël, se siente diferente, sabe que el sentirse hombre debe ir acompañado de genética. Sin embargo, no tiene reparos puesto que sabe que es quien es. La mentira existe sólo en el nuevo mundo que se le plantea, sus nuevos amigos no se percatan de la situación.
Para todos es Michaël, se siente nacida libre, es quien es porque quiere serlo. Es consciente de que su físico puede mantener la mentira.
Son los detalles como un escupitajo, un bañador o un simple trozo de plastilina los que transmiten la situación confusa y compleja que Laure tiene que afrontar. Es la ternura de su hermana pequeña la que enseña al mundo el significado de las palabras amor y apoyo.
Una película sobre la infancia y sobre la búsqueda de la propia identidad y del lugar que cada uno ocupa o quiere ocupar en este periodo de aprendizaje previo al paso a la adolescencia, ese periodo de la vida en el que las emociones ambiguas y la sensualidad están vírgenes de los protocolos sociales que los padres y la sociedad se encargan paulatinamente de imponer. Una inocencia de duración escasa pero que debería permitir la libertad de elegir su propia vida, su identidad, sin preocuparse de las obligaciones sociales.
Conmovedora, bella, inteligente en el planteamiento de las dudas, las certidumbres y las posibles certezas entorno a la identidad de género y su correspondencia o no con la identidad sexual. Tomboy nos permite, con una trama sencilla y un ritmo pausado, indagar sobre el desconocimiento y la incomprensión social de la transexualidad, y los temas de identidad sexual en la infancia. A través del personaje de Laure / Mickael, en su cotidianidad veraniega y en interacción con el resto de niños, se pone de manifiesto el poder de las imposiciones de género y el rechazo social que implica la transgresión de estas fronteras.
Película con un final abierto que no se resuelve con una respuesta clara. El espectador tendrá que hacer sus propias conjeturas: si el cambio fue por gusto, de manera temporal, si fue a partir de su propia exploración y redescubrimiento sexual o si es un verdadero deseo que marcará su vida. Lo importante no es la orientación sexual del personaje, sino cómo enfrenta una realidad que le resulta propia y que le es difícil referir a los demás, incluidos los propios padres. La escena final es contundente al determinar la decisión de Michael y lo maravilloso que debe resultar sentirse aceptado.
Para saber la verdad en cuestiones de identidad sólo vale la palabra del sujeto implicado en su ser, que es propio de cada uno y de cada una. A los demás sólo nos cabe respetar esa elección.
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