Paseo Literario del XV Encuentro de Escritores “Otra forma de pensar, otra forma de escribir”
El domingo 4 de octubre tuvo lugar la tercera y última jornada del XV Encuentro de Escritores organizado por el Foro Social de Segovia con el ya tradicional Paseo Literario. Al igual que en ocasiones anteriores, corrió a cargo de Jesús Pastor Martín, quien en esta ocasión guió a los asistentes por una ruta inédita a través de los arrabales* de Segovia. (*Arrabal: barrio fuera del recinto de la población a la que pertenece).
En los soportales del Azoguejo se explicó el itinerario a realizar por barrios menos conocidos por el turismo, pero igualmente hermosos y merecedores de ser observados y disfrutados con mayor profundidad. En esta ocasión nos dirigimos hacia los barrios regados por los ríos Alamillos y Clamores, cada uno de ellos con sus peculiaridades, sus leyendas, sus iglesias y plazas. El recorrido partió de la Plaza del Azoguejo desafiando en la lluvia, que pronto desapareció y dio paso a una meteorología agradable
La primera parada tuvo lugar frente a la iglesia de San Justo, donde tras una explicación de su historia y arte, disfrutamos de la narración de la leyenda del Cristo de los Gascones y de una curiosa anécdota de una centenaria inscripción. Desde allí nos dirigimos a la Plaza del Salvador, en la que descubrimos pequeños rincones y curiosidades además de escuchar el relato de anécdotas personales sobre Antonio Machado y su etapa de profesor en el IES Mariano Quintanilla. Por minúsculas e interesantes callejas nos dirigimos, de anécdota en anécdota hacia la Plaza de Santa Eulalia, en la que pese a las sucesivas modificaciones todavía se conservan restos de la vida que allí se desarrollaba a principios del siglo pasado. La descripción comentada de la plaza y la iglesia tuvo la compañía de las clásicas campanadas y, al fin, de la lectura de un fragmento del libro “Tesoros de Segovia” describiendo la vida y costumbres del barrio
Llegamos a la calle Muerte y Vida, con curiosidades y anécdotas sobre el esgrafiado y las formas de vida. Desde allí nos dirigimos hacia el barrio de San Millán, con una interesante descripción de su magnífica iglesia y de algunos secretos que esconde. En el mismo barrio nos detuvimos en la conocida como “Casa del crimen” y conocimos algunos detalles de la obra pictórica de Ignacio Zuloaga titulada “Las brujas de San Millán”.
La primera parada tuvo lugar frente a la iglesia de San Justo, donde tras una explicación de su historia y arte, disfrutamos de la narración de la leyenda del Cristo de los Gascones y de una curiosa anécdota de una centenaria inscripción. Desde allí nos dirigimos a la Plaza del Salvador, en la que descubrimos pequeños rincones y curiosidades además de escuchar el relato de anécdotas personales sobre Antonio Machado y su etapa de profesor en el IES Mariano Quintanilla. Por minúsculas e interesantes callejas nos dirigimos, de anécdota en anécdota hacia la Plaza de Santa Eulalia, en la que pese a las sucesivas modificaciones todavía se conservan restos de la vida que allí se desarrollaba a principios del siglo pasado. La descripción comentada de la plaza y la iglesia tuvo la compañía de las clásicas campanadas y, al fin, de la lectura de un fragmento del libro “Tesoros de Segovia” describiendo la vida y costumbres del barrio
Llegamos a la calle Muerte y Vida, con curiosidades y anécdotas sobre el esgrafiado y las formas de vida. Desde allí nos dirigimos hacia el barrio de San Millán, con una interesante descripción de su magnífica iglesia y de algunos secretos que esconde. En el mismo barrio nos detuvimos en la conocida como “Casa del crimen” y conocimos algunos detalles de la obra pictórica de Ignacio Zuloaga titulada “Las brujas de San Millán”.
Terminamos nuestro recorrido por los arrabales de Segovia visitando y aprendiendo curiosidades de la Plaza de la Morería y a los pies de una impresionante vista de la ciudad de Segovia desde la calle del puente de Sancti – Spíritu.
Pusimos fin a nuestro paseo literario con un aplauso dirigido a nuestro guía, con una sonrisa bajo la mascarilla y con un buen bagaje de anécdotas, curiosidades y observaciones.
Pusimos fin a nuestro paseo literario con un aplauso dirigido a nuestro guía, con una sonrisa bajo la mascarilla y con un buen bagaje de anécdotas, curiosidades y observaciones.
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