Hoy a las 19:00 se ha llevado a cabo una concentración en la Plaza del Azoguejo de Segovia en solidaridad con el pueblo palestino, convocada por el Foro Social de Segovia sumándose a las ciudades que han convocado concentraciones y manifestaciones por todo el Estado español en solidaridad con Palestina.
Raquel en nombre de los organizadores ha dado lectura a un manifiesto, también ha tomado la palabra un palestino residente en Segovia que ha agradecido el apoyo, un grupo de alumnos de la Universidad I.E. de origen palestino han dado su visión de la situación y agradecido el apoyo mostrado por ciudadanos segovianos a su pueblo .
Comunicado leído:
PALESTINA ENTRE LA SANGRE Y EL FUEGO.
Las historias bíblicas como los mitos tienen algo de paradigmático, nos recuerdan a los arquetipos yungaínos aplicados al embrollado devenir de la historia. El pasado día 7 muchos lo recordarán como la actualización del relato de David y Goliat, pero a la inversa. El pequeño y endeble pueblo palestino tras 75 años de opresión y sometimiento al yugo despiadado del sionismo israelita, se ha erguido y ha conseguido herir en la frente al poderoso gigante. El pueblo con el que nadie contaba ha sido capaz de levantar la cabeza para reivindicar un lugar en el mundo, su derecho a una existencia libre e independiente en su propia tierra.
Solo en circunstancias de violencia desatada como la que estamos viviendo, parece que el mundo toma conciencia de uno de los puntos más negros de nuestra historia desde el inicio de los años 50 del pasado siglo: el expolio del pueblo palestino y el extrañamiento de sus habitantes de su propia tierra a manos del sionismo, con la complicidad continuada de la comunidad internacional, especialmente EE. UU. y Europa.
PALESTINA ENTRE LA SANGRE Y EL FUEGO.
Las historias bíblicas como los mitos tienen algo de paradigmático, nos recuerdan a los arquetipos yungaínos aplicados al embrollado devenir de la historia. El pasado día 7 muchos lo recordarán como la actualización del relato de David y Goliat, pero a la inversa. El pequeño y endeble pueblo palestino tras 75 años de opresión y sometimiento al yugo despiadado del sionismo israelita, se ha erguido y ha conseguido herir en la frente al poderoso gigante. El pueblo con el que nadie contaba ha sido capaz de levantar la cabeza para reivindicar un lugar en el mundo, su derecho a una existencia libre e independiente en su propia tierra.
Solo en circunstancias de violencia desatada como la que estamos viviendo, parece que el mundo toma conciencia de uno de los puntos más negros de nuestra historia desde el inicio de los años 50 del pasado siglo: el expolio del pueblo palestino y el extrañamiento de sus habitantes de su propia tierra a manos del sionismo, con la complicidad continuada de la comunidad internacional, especialmente EE. UU. y Europa.
Los medios occidentales y sus gobiernos, ahora como en otros momentos, hacen piña para apuntalar el victimismo sionista y se apresuran a señalar al culpable, una vez más el palestino, que confirma así ser el mayor peligro para la continuidad histórica de Israel. La mala conciencia de occidente ante el pueblo judío y el recuerdo persistente del Holocausto son constantemente instrumentalizados para alimentar el victimismo de Israel y acusar de antisemita a todo aquel que ose criticarles por sus criminales políticas contra el pueblo palestino. La ceguera intelectual de muchos sigue repitiendo el relato de que el ejército israelí actúa en defensa propia al ser agredido por algún ataque palestino, cuando la realidad que se nos oculta es la de una permanente agresión sionista cuyo fin último y manifiesto es la ocupación del territorio, haciendo imposible la vida de sus habitantes de origen. El aumento continuado de las colonias en territorio cisjordano con el apoyo del ejército, la vejación de los palestinos, la tala de sus árboles, la apropiación del agua, un bien estratégico, las racias de los colonos ultraortodoxos en los pueblos cercanos, la violación constante de los Derechos Humanos, etc., son el alimento cotidiano de violencia frente a los que el mundo “civilizado” cierra los ojos.
La guerra que Netanhayu declaró después del ataque de Hamas, omite que el estado sionista ha estado en guerra no declarada contra los palestinos desde 1949. Hechos como el que tuvo lugar el 7 de octubre son la expresión de que el pueblo palestino no se rinde, por una sencilla razón: no tiene nada que perder. Para los jóvenes gazatíes el dilema es como morir: encerrados en un gueto sin esperanzas o lanzándose a una lucha desesperada y desigual contra sus torturadores, armados hasta los dientes con armas occidentales.
La tan alabada democracia israelí, ahora contestada y en la cuerda floja por sus propios ciudadanos, es una triste dictadura militar colonialista y supremacista que excluye a más de la mitad de los habitantes de Palestina. Son los “animales humanos” tal y como los definió el ministro de defensa israelí. Los mismos “untermensch”, subhumanos, que el nacismo aplicaba a los judíos. Una patente de corso para exterminarlos sin cargo de conciencia. ¿Qué podemos esperar de la reacción israelita en la franja de Gaza?
La franja de Gaza que ya era invivible para sus más de dos millones de habitantes va a ver como Israel corta todas sus relaciones con el exterior así como el suministro de agua, energía y los alimentos. Un asedio medieval, mientras bombardea impunemente a la población civil que no tiene lugar donde refugiarse. Un castigo colectivo que se permite con total impunidad al estado sionista acostumbrado a incumplir sistemáticamente la normas del derecho internacional.
La tan alabada democracia israelí, ahora contestada y en la cuerda floja por sus propios ciudadanos, es una triste dictadura militar colonialista y supremacista que excluye a más de la mitad de los habitantes de Palestina. Son los “animales humanos” tal y como los definió el ministro de defensa israelí. Los mismos “untermensch”, subhumanos, que el nacismo aplicaba a los judíos. Una patente de corso para exterminarlos sin cargo de conciencia. ¿Qué podemos esperar de la reacción israelita en la franja de Gaza?
La franja de Gaza que ya era invivible para sus más de dos millones de habitantes va a ver como Israel corta todas sus relaciones con el exterior así como el suministro de agua, energía y los alimentos. Un asedio medieval, mientras bombardea impunemente a la población civil que no tiene lugar donde refugiarse. Un castigo colectivo que se permite con total impunidad al estado sionista acostumbrado a incumplir sistemáticamente la normas del derecho internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario