Se daba la noticia (El Adelantado y El Norte, 25-07-08) de que las fuentes de los jardines del palacio de La Granja ya pueden funcionar lo que sea necesario pues contarán con agua suficiente.
La cosa consiste, a grandes rasgos, en que la toma flotante de agua, instalada recientemente en el embalse de El Pontón con un coste de casi 4 millones de euros, capta agua, en parte, y de manera independiente, para el consumo de la población de La Granja y en parte para llevarla al “El Mar” de los jardines palaciegos y que así las fuentes, a partir de ahora, puedan correr a troche y moche para regocijo de lugareños y foráneos, sobre todo, foráneos.
A simple vista la cosa parece razonable.
Pero lector, lectora si lees estas líneas, es porque eres lo suficientemente inteligente para hacerte esta pregunta: ¿Qué pasa con el agua tras alegrar con sus juegos a los visitantes de las barrocas fuentes?
Pues fíjate tú qué listos son los que han preparado del desaguisado de Segovia/21 que, hace unos años ya habían firmado con el Ayuntamiento de La Granja un acuerdo por el que el agua sobrante de las fuentes se lleva derechita y limpita para regar el campo de golf de las instalaciones del complejo hotelero, residencial de lujo, deportivo y no se cuantas cosas más, que se está instalando en la finca de Quitapesares, tras comprarla a la Diputación a precio de saldo.
Lo suyo es que el agua una vez cumplida su misión lúdica en las fuentes, se vertiera al Eresma, aguas a bajo del pantano de El Pontón, contribuyendo así a mejorar el maltrecho caudal de este río. Incluso podría haberse realizado un sistema de retorno a El Mar de los jardines para ser reutilizado nuevamente en las fuentes, tantas veces como se hubiera querido. Pero no, había que regar el campo de golf de marras. Claro que los responsables del divertimento de los hoyitos nos dicen que el riego se hace con aguas reutilizadas y se quedan tan a gusto.
Uno no puede quitarse de la cabeza que el gasto de esos 4 millones de euros no tenía más motivo que servir para que el complejo elitista Segovia/21 tuviera agua suficiente para su golf.
Piensa mal y acertarás pero los datos son los datos y ya no es un pensamiento sino una evidencia.
Cuando terminaba este comentario he dado la vuelta a la página de El Adelantado y, hete aquí, que el Alcalde de La Granja –ji, ji, ja , ja- ha firmado el manifiesto contra el cambio climático auspiciado por la Red Española de Ciudades por el Clima. Digo yo ¿esto del derroche del agua tendrá algo que ver con el cambio climático?
Los políticos ya se sabe: vengan días y caigan ollas.
Hay que arrear (segunda acepción del DRAE) a estos caciques para que nos dejen en paz.
La cosa consiste, a grandes rasgos, en que la toma flotante de agua, instalada recientemente en el embalse de El Pontón con un coste de casi 4 millones de euros, capta agua, en parte, y de manera independiente, para el consumo de la población de La Granja y en parte para llevarla al “El Mar” de los jardines palaciegos y que así las fuentes, a partir de ahora, puedan correr a troche y moche para regocijo de lugareños y foráneos, sobre todo, foráneos.
A simple vista la cosa parece razonable.
Pero lector, lectora si lees estas líneas, es porque eres lo suficientemente inteligente para hacerte esta pregunta: ¿Qué pasa con el agua tras alegrar con sus juegos a los visitantes de las barrocas fuentes?
Pues fíjate tú qué listos son los que han preparado del desaguisado de Segovia/21 que, hace unos años ya habían firmado con el Ayuntamiento de La Granja un acuerdo por el que el agua sobrante de las fuentes se lleva derechita y limpita para regar el campo de golf de las instalaciones del complejo hotelero, residencial de lujo, deportivo y no se cuantas cosas más, que se está instalando en la finca de Quitapesares, tras comprarla a la Diputación a precio de saldo.
Lo suyo es que el agua una vez cumplida su misión lúdica en las fuentes, se vertiera al Eresma, aguas a bajo del pantano de El Pontón, contribuyendo así a mejorar el maltrecho caudal de este río. Incluso podría haberse realizado un sistema de retorno a El Mar de los jardines para ser reutilizado nuevamente en las fuentes, tantas veces como se hubiera querido. Pero no, había que regar el campo de golf de marras. Claro que los responsables del divertimento de los hoyitos nos dicen que el riego se hace con aguas reutilizadas y se quedan tan a gusto.
Uno no puede quitarse de la cabeza que el gasto de esos 4 millones de euros no tenía más motivo que servir para que el complejo elitista Segovia/21 tuviera agua suficiente para su golf.
Piensa mal y acertarás pero los datos son los datos y ya no es un pensamiento sino una evidencia.
Cuando terminaba este comentario he dado la vuelta a la página de El Adelantado y, hete aquí, que el Alcalde de La Granja –ji, ji, ja , ja- ha firmado el manifiesto contra el cambio climático auspiciado por la Red Española de Ciudades por el Clima. Digo yo ¿esto del derroche del agua tendrá algo que ver con el cambio climático?
Los políticos ya se sabe: vengan días y caigan ollas.
Hay que arrear (segunda acepción del DRAE) a estos caciques para que nos dejen en paz.
1 comentario:
SOLO QUIERO DECIR QUE LOS JARDINES DE LA GRANJA DE SAN ILDEFONSO NO PERTENECEN AL AYUNTAMIENTO, SINO AL PATRIMONIO NACIONAL, POR LO QUE EL AYUNTAMIENTO ES UN MERO PEÓN, Y NADA MÁS, COMO LO SOMOS TODOS, DE ESTE MUNDO QUE NOS ESTAMOS CARGANDO.
Publicar un comentario