FORO SOCIAL DE SEGOVIA
¡La Educación es un derecho, no una mercancía!Mucho se habla del llamado “Proceso de Bolonia”. Mucho se habla pero muy poco se dice. En realidad estamos ante una vuelta de tuerca más de la ofensiva que desde hace años ha desencadenado el neoliberalismo contra los servicios públicos. La educación es uno de los más importantes campos de batalla: de un lado quienes la entendemos como un derecho conquistado por las luchas de quienes nos precedieron, del otro quienes pretenden subordinarla a la lógica del mercado, del beneficio privado en lugar del beneficio social.La educación se enfrenta a múltiples amenazas que pretenden reducirla a la condición de mercancía; ya sea a escala mundial a través del Acuerdo General del Comercio de Servicios (AGCS) promovido por la OMC como a nivel europeo con el establecimiento del Tratado europeo por el que se establece una constitución para Europa, la directiva Bolkenstein o el desarrollo del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Éstas posteriormente se traducen en las reformas educativas con las que cada uno de los Estados están impulsando un proceso de privatización directa o indirecta de los servicios públicos, que intenta poner fin al derecho a una educación pública y universal para todas, convirtiendo en mercancía, en objeto de compra y venta, válido sólo en tanto reporta beneficios a sus inversores, esto es, a los grandes capitales. Lo que es propiedad privada es de quien tiene el suficiente dinero como para arrebatárselo al común y apropiárselo para su beneficio privado.Ante el denominado ‘proceso de Bolonia’ iniciado en 1998 que establece los principios rectores del EEES con el ‘objetivo de incrementar la competitividad del sistema Europeo de educación superior’, planteamos las siguientes cuestiones críticas:- El proceso de elaboración e implementación en cada Estado no ha contado con la participación efectiva de la ‘comunidad universitaria’ ni del resto de la sociedad, pero sí con las directrices de la OMC y la Comisión Europea que mediante el sistema de negociación colectiva han negociado con los diferentes estados sus contenidos y su implementación, siempre con la inestimable ayuda de los lobbys empresariales.- La intención que subyace en estas iniciativas es subordinar los contenidos, estructuras, métodos y fines de la universidad a las necesidades del mercado, primando la lógica del máximo beneficio sobre la función social del conocimiento.- Establece un modelo basado en la implantación de los ECTS (del inglés European Crédito Transfer Systeme) que equipara la jornada del estudiante a la jornada laboral de 40 horas. Este modelo consagra el alumno a tiempo completo, obviando que con el actual sistema de becas son muchos los y las alumnas que necesitan trabajar. Lo que excluye de la universidad a los estudiantes-trabajadores, produciendo una elitización evidente que priva a miles de personas de un derecho fundamental.- Implanta una estructura de los estudios dividida en grado y posgrado, que fomenta una inserción inmediata a un mercado laboral precarizado en el caso de los grados y una elitización del acceso al posgrado. A la vez que la restructuración de los grados encubre la eliminación de parcelas de conocimientos y de las carreras menos rentables (en el Estado Español se tiene que pasar de 140 titulaciones a 75)- Introduce criterios de rentabilidad a la hora de elaborar el catálogo y la distribución de las titulaciones. Este proceso supone una homogeneización de contenidos y la eliminación de aquellos no considerados rentables en términos de mercado, así como una amenaza para las identidades y lenguas minorizadas, que pasan a ser concebidas como un coste económico para las universidades según la lógica de mercado.- Los estudiantes pasan de ser usuarios de un servicio público a clientes de una empresa, la universidad, que desde este mismo momento se deberá regir según las leyes de la competencia, la oferta y la demanda.- Si bien como estudiantes europeos no podemos ver mal las declaraciones en pos de programas que favorezcan la movilidad, nos parece que éstos son totalmente ajenos a la mayoría del estudiantado en la medida en la que se aprueban sin incrementos de presupuesto: más allá de las afirmaciones europeístas, la movilidad sigue siendo una práctica restringida a quienes puedan pagárselo, no un elemento consustancial a la enseñanza universitaria.- El discurso sobre la “homogeneización de títulos” encubre la introducción de criterios de competitividad entre las universidades. La Agencia de Calidad Europea será el organismo encargado de establecer un ranking de universidades europeas, dividiéndolas entre centros de primer y segundo grado, fundamentalmente en función de sus medios. No es nada nuevo: será el poder adquisitivo el que determine la calidad del centro que estudiemos, y el que influya en la calidad de la salida laboral que encontremos después.Defender la educación pública es defender lo de todas/os. No somos clientes, somos productoras de conocimiento. Contra los ataques neoliberales, por el derecho a la educación.
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