Segunda Jornada y Clausura del XI Encuentro de Escritores “Otra forma de pensar, otra forma de escribir”
Vídeo del acto:
El sábado 1 de octubre tuvo lugar la Segunda Jornada y la Clausura del XI Encuentro de Escritores. Ángel Luis, en nombre del Foro Social de Segovia, inauguró la jornada con unas palabras de agradecimiento a la Academia de Historia y Arte de San Quirce por acoger una vez más este acto. Recordó la situación que en este momento está padeciendo la población civil de Alepo (Siria), víctima de constantes bombardeos, manifestándose conmocionado por el dolor, solidarizándose con quienes lo padecen e intentando comprender el origen del mismo.
Tras esta reflexión procedió a presentar a Alberto García – Teresa, poeta, filólogo y ensayista, pero principalmente poeta comprometido con los más débiles y con un cambio en la sociedad. Alberto comenzó su intervención presentando el binomio poesía – antagonismo y preguntándose a sí mismo si la poesía puede cambiar el mundo, a lo que responde claramente que no, pero sí puede cambiar a las personas que pueden transformar la sociedad, puede mostrar los “agujeros” sociales y activar a las personas, pues una poesía crítica puede extender la subversión y ayudarnos a comprender el mundo.
Explicó que siempre que se usa el lenguaje se hace con una intención y que como tal supone un acto político que debe ser responsable, pues puede servir para cuestionar o profundizar modelos capitalistas, patriarcales, relaciones entre mujeres y hombres, patronos y trabajadores, movimientos de emancipación… Enfatizó la posibilidad real de que todos y todas seamos poetas y escritores, con derecho a la educación, a la expresión y a la producción de escritos independientemente del nivel social y/o intelectual de cada individuo. Puso de manifiesto la necesidad de ser consecuente, de producir una poesía crítica, con un posicionamiento ideológico, rehuyendo el conformismo y dando validez a todos los enfoques, acercándonos de este modo a un pensamiento plural, colectivo y público, anticapitalista y crítico con el mundo actual.
A continuación el moderador presentó a Miquel Fuster, artista, pintor y, fundamentalmente dibujante de comics que tras vivir en la calle durante quince años hoy vuelve estar en la brecha y narrar su vida en forma de comic. Miquel narró con palabras lo que en su obra gráfica narra con imágenes. Explicó que hace veintiocho años tenía una buena vida: trabajo, pareja, casa… vendía su obra gráfica en el extranjero a cambio de una cantidad de dinero importante, que no supo gestionar, reflexionando que todo lo que se tiene en abundacia, como el dinero y la libertad, si no se gestionan adecuadamente, llevan al desastre. Esta situación le llevó a perder cuanto tenía y vivir en la calle durante quince años en los que conoció a muchas personas que murieron por excesos, vivió actitudes de rechazo, recibió asistencia social, pasó frío y miedo, sufrió agresiones, cayó en el alcoholismo y vivió de la caridad.
La ayuda recibida de la fundación Arrels y una firme determinación personal de superar esa situación, le han permitido rehacer su vida, volver a ser un dibujante de comics reconocido y premiado y no caer en el rencor ni en la desconfianza hacia las personas. Explicó que lo más difícil es reconocer el fracaso y volver a tener consciencia de uno mismo y sus posibilidades, pues viviendo en la calle es fácil perderla y recordó que las personas que viven en la calle no son distintas de las demás, únicamente han sufrido unas circunstancias que les han llevado a una situación complicada pero que, como en su caso, se puede superar.
Tras las exposiciones se abrió un debate con gran participación del público asistente, en el que se trataron temas tales como si el escritor escribe para sí mismo o lo hace para los demás, la intencionalidad del arte y la diversidad de formas de expresión; también se habló sobre los poetas de la calle desconocidos, la libertad de expresión, la responsabilidad, los motivos que pueden hacer superar situaciones complejas de nuestras vidas y se definió la poesía como el lenguaje llevado a su punto más bello y penetrante.
Los asistentes cerraron el acto con una sentida ovación, citándose para recitar poesías en calle.
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