Vídeo del acto.
00:00:00 Presentación del acto por un miembro del Foro Social de Segovia.
00:04:04 Intervención de Amelia Martínez Lobo.
00:22:30 Intervención de Miguel Urbán.
El jueves 20 de septiembre, se presentó en Segovia el libro “Disparen a los refugiados”, de Miguel Urbán y Gonzalo Donaire. La presentación tuvo lugar en la Librería Ícaro de Segovia, en un acto organizado por el Foro Social de Segovia dentro del ciclo "Lectura y Compromiso".
La presentación corrió a cargo de Miguel Urbán (coautor del libro y eurodiputado de Podemos) y de Amelia Martínez Lobo (Asesora del Parlamento Europeo).
Tras la presentación de Ángel Luis en nombre del Foro Social de Segovia, tomó la palabra Amelia Martínez Lobo.
No se puede obviar que la migración hacia Europa va a continuar, sea regular o irregular, y que actualmente la situación que provoca el plan de la Europa fortaleza es la de las muertes en el mar y los dramas en el desierto, con más muertes, tortura y hambre.
La Unión Europea, basándose en una política basada en las palabras “seguridad”, “derechos”, “inmigración”, “amenaza” y “terrorismo” ha provocado una situación de psicosis colectiva que estigmatiza al refugiado y que justifica toda acción contra las personas: vallar, concertinas, medidas de seguridad…
Amelia Martínez propone, como alternativas a esta política, la creación de un movimiento antirracista y antifascista organizado desde abajo, la potenciación de los grupos de apoyo mutuo y el cambio de políticas migratorias de Europa y de España. Terminó su intervención con la afirmación de que nadie tiene más derecho a comer por ser europeo y blanco.
Tras esta intervención tomó la palabra Miguel Urbán, quien explicó que el Mediterráneo es la mayor fosa común del mundo, con miles de muertos al año (más de dos mil muertos el último año), lo que viene provocado porque para muchas personas no existe una forma legal de llegar a Europa, se han cerrado las vías de acceso con el concepto de “Europa fortaleza”. ACNUR confirma que estamos ante la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Y todo esto ocurre porque lo permitimos.
También señaló que en Europa solamente vemos la punta de iceberg de este problema. De los 65 millones de refugiados que hay en el mundo este año han llegado a Europa 55.000. La inmensa mayoría están en los países de sur. Apuntó otro dato importante, también con ACNUR como fuente de información: se prevén 250 millones de refugiados climáticos para el año 2030. Todo ello acompañado de un cínico discurso de la Unión Europea, que airea la defensa de los Derechos Humanos, pero no se actúa en su favor, puesto que la economía es la que marca dramáticamente las acciones europeas. Basta recordar, como ejemplo, que las vallas que hoy hay en Cauta y Melilla no han existido siempre, han sido producto de una imposición de la Unión Europea.
La pregunta es ¿Quién tiene derecho a tener derechos en la Unión Europea?, es claro que los inmigrantes no los tienen, pero ¿Quién será el siguiente en perderlos?. Desde este punto de vista es fácil razonar que la defensa del derecho a tener derechos no es cuestión de caridad ni de solidaridad, es, más bien, cuestión de defensa colectiva de los propios derechos.
Las señales son claras: externalización de las fronteras, lo que Turquía, Marruecos o Libia, por ejemplo, se convierten en la policía de fronteras europea. Esta situación deviene en beneficios económicos para empresas privadas como Ferrovial o ACS que obtienen suculentos contratos en estas situaciones (instalación y mantenimientos de vallas y fronteras, entrenamientos militares…).
El ideario de “no hay pan para todos”, cada vez más extendido por los grupos de extrema derecha y poco a poco asumido por una parte de la ciudadanía, no es más que una xenofobia de matriz económica, que en vez de ver el problema como una cuestión de reparto de recursos propone la expulsión del sistema de sectores de la población cada vez más amplios, con consecuencias de hambre y muerte.
Terminó Urbán su intervención pidiendo que al lado de la pancarta “Weelcome refugees” coloquemos otra que diga “Troika go home”.
Tras ambas intervenciones se dio paso a las intervenciones de los asistentes quienes profundizaron en temas como las situaciones de desigualdad, la venta de bombas, el deterioro de la situación de la inmigración en comparación con el siglo pasado, el lenguaje robado por la derecha, la necesidad social de la inmigración y el enfrentamiento que se produce entre el último y el penúltimo de la fila social.
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