Fotos:Pilar garcia
Fotos::Guille SanBen
Manifestación convoca por el colectivo Segovia Feminista y lasBrigadas Violetas.
Manifiesto leído:
El terrorismo machista, que se ceba especialmente con mujeres, infancia, trans y todas aquellas personas que no entran en los esquemas patriarcales de género, supone una pesada lacra en esta sociedad capitalista.
Tenemos claro que todos los días son parte de la lucha, pero hoy estamos aquí reunidas, unidas, comprometidas con la esperanza puesta en que este mal endémico lo vamos a erradicar del mundo entero. Es un clamor de esperanza, porque cada día las movilizaciones son mayores, porque somos el compromiso de la lucha feminista.
Como decía Marcela Lagarde “El feminismo es un movimiento transformador que pone en el centro los derechos humanos, que quiere construir un tipo de sociedad en que hacer visible la vida, edificar unas relaciones de convivencia entre mujeres y hombres sin supremacía ni opresión”.
Estamos hoy aquí para dar a conocer, no solo el asesinato de las mujeres, sino los feminicidios, que en lo que llevamos de año ascienden a 89 víctimas de la violencia de género. Este término, “feminicidio”, no solo indica el asesinato de una mujer sino que alude a su significado político, haciendo referencia a la falta de responsabilidad de los estados y la sociedad patriarcal que mira hacia otro lado, lo que favorece la impunidad y reincidencia de los agresores. El Estado tiene que velar por la protección de las mujeres ante la violencia de género, y debe garantizar su libertad y su vida. La ausencia de castigo a los asesinos los coloca como cómplices. Todo esto alimentado por las desigualdades entre sexos y la cosificación del cuerpo de las mujeres que las vacía de derechos como humanos.
Estamos aquí para denunciar y exigir,
– Que la lucha contra la violencia machista es una cuestión de estado. Es necesaria la visualización de la falta de compromiso, para desenmascarar el pacto de estado y exigir transformación real.
-Queremos que a los colectivos feministas se les tenga en cuenta. La realidad de las mujeres que luchan contra las desigualdades y la violencia de género.
-Queremos una Ley integral contra la violencia de género, no un pacto que concluye en un simple acuerdo para modificar la legislación, pero, sin embargo, no tiene carácter jurídico ni por tanto política efectiva. La ley actual, es un un fiel reflejo de una sociedad burguesa, patriarcal y misoginia, que nos condena cuando somos víctimas y amnistía a los depredadores sexuales. Es necesario ahora, YA, no queremos ni una más, no queremos ni una menos.
-Queremos cumplimiento; ya en 2004 la ley recoge que la publicidad no puede ser sexista, y a todas luces esto sigue pasando. El sexismo publicitario y cultural centra el interés de las mujeres en temas superficiales y banales. Nos muestra, en la mayoría de los casos, como meros cuerpos y formas, como productos en venta, seres sin capacidad de decisión y, por tanto, sin posibilidad de intervenir.
-Abordar una reforma del Código Penal y de la normativa procesal que, en consonancia con el Convenio de Estambul, de un tratamiento específico a los delitos en cuya comisión se aprecia un claro origen machista fundado en la cosificación y discriminación de la mujer, y ello tanto en el ámbito de la pareja como fuera de ella. Debe ampliarse el ámbito objetivo y subjetivo de la violencia de género, para adaptarlo al Convenio de Estambul. Se debe ampliar el concepto de violencia de género que recoge nuestra legislación que se limita a la violencia que ejercen las parejas y exparejas de las mujeres y ampliarse a otras conductas que suponen ataques de extrema gravedad sobre la mujer por el mero hecho de serlos tales como delitos contra la libertad sexual, matrimonios forzados, violencia económica, mutilación genital femenina, trata de mujeres con fines de explotación sexual, el acoso sexual o delitos de odio basados en el género.
– Que toda la sociedad, han de comprometerse en esta lucha para la prevención y erradicación de las violencias machistas, así como en la asistencia y reparación de todas las mujeres que viven violencia, independientemente de la situación administrativa en que se encuentren y sin incurrir en la victimización múltiple en los procesos de atención. La finalidad básica es apoyar a las mujeres en su proceso de recuperación, empoderamiento y búsqueda de la plena autonomía.
– Que es necesaria la implicación de los medios de comunicación para ofrecer un tratamiento adecuado de las diferentes violencias contra mujeres y niñas, visibilizándolas, evitando el sensacionalismo morboso en su tratamiento y utilizando un lenguaje y unas imágenes no sexistas.
-Falta de aplicación directa para garantizar los derechos de los menores. -Queremos reivindicar que los porcentajes de representación femenina en los círculos de toma de decisiones, nos indican quienes ostentan el poder. La discriminación en el acceso al empleo, en las modalidades contractuales y en el salario, prueban que el mercado percibe a las mujeres como seres desiguales y subalternos.
-Hacer hincapié en el tráfico con fines de explotación sexual, ya que es una nueva forma de esclavitud que forma parte de una industria del sexo, con la complicidad de poderes públicos y proxenetas.
La necesaria sensibilización pasa no sólo por exigir una decidida voluntad política que permita acabar con esta tremenda realidad social, sino por generar una sociedad que rechace de forma abierta cualquier tipo de agresión tanto física o psicológica contra las mujeres.
En ocasiones, las complicidades se dan en pequeñas cosas; en alguna broma, algún gesto. La violencia de género no emana de la nada, parte de su caldo de cultivo son los pequeños actos cotidianos que, a fuerza de costumbre, nos lleva a admitir situaciones ante las que tenemos que revelarnos como lo que realmente son; una verdadera semilla de discriminación y violencia.
Que esta protesta contra las prácticas que atentan contra la identidad de las mujeres no se circunscriba a una mera cita en el calendario con motivo del "Día contra la Violencia hacia las Mujeres”, dejemos constancia de nuestro compromiso en la lucha contra la violencia de género, y transmitamos a las generaciones futuras el respeto a la igualdad de derechos y oportunidades.
¡NI UNA MÁS NI UNA MENOS!
Tenemos claro que todos los días son parte de la lucha, pero hoy estamos aquí reunidas, unidas, comprometidas con la esperanza puesta en que este mal endémico lo vamos a erradicar del mundo entero. Es un clamor de esperanza, porque cada día las movilizaciones son mayores, porque somos el compromiso de la lucha feminista.
Como decía Marcela Lagarde “El feminismo es un movimiento transformador que pone en el centro los derechos humanos, que quiere construir un tipo de sociedad en que hacer visible la vida, edificar unas relaciones de convivencia entre mujeres y hombres sin supremacía ni opresión”.
Estamos hoy aquí para dar a conocer, no solo el asesinato de las mujeres, sino los feminicidios, que en lo que llevamos de año ascienden a 89 víctimas de la violencia de género. Este término, “feminicidio”, no solo indica el asesinato de una mujer sino que alude a su significado político, haciendo referencia a la falta de responsabilidad de los estados y la sociedad patriarcal que mira hacia otro lado, lo que favorece la impunidad y reincidencia de los agresores. El Estado tiene que velar por la protección de las mujeres ante la violencia de género, y debe garantizar su libertad y su vida. La ausencia de castigo a los asesinos los coloca como cómplices. Todo esto alimentado por las desigualdades entre sexos y la cosificación del cuerpo de las mujeres que las vacía de derechos como humanos.
Estamos aquí para denunciar y exigir,
– Que la lucha contra la violencia machista es una cuestión de estado. Es necesaria la visualización de la falta de compromiso, para desenmascarar el pacto de estado y exigir transformación real.
-Queremos que a los colectivos feministas se les tenga en cuenta. La realidad de las mujeres que luchan contra las desigualdades y la violencia de género.
-Queremos una Ley integral contra la violencia de género, no un pacto que concluye en un simple acuerdo para modificar la legislación, pero, sin embargo, no tiene carácter jurídico ni por tanto política efectiva. La ley actual, es un un fiel reflejo de una sociedad burguesa, patriarcal y misoginia, que nos condena cuando somos víctimas y amnistía a los depredadores sexuales. Es necesario ahora, YA, no queremos ni una más, no queremos ni una menos.
-Queremos cumplimiento; ya en 2004 la ley recoge que la publicidad no puede ser sexista, y a todas luces esto sigue pasando. El sexismo publicitario y cultural centra el interés de las mujeres en temas superficiales y banales. Nos muestra, en la mayoría de los casos, como meros cuerpos y formas, como productos en venta, seres sin capacidad de decisión y, por tanto, sin posibilidad de intervenir.
-Abordar una reforma del Código Penal y de la normativa procesal que, en consonancia con el Convenio de Estambul, de un tratamiento específico a los delitos en cuya comisión se aprecia un claro origen machista fundado en la cosificación y discriminación de la mujer, y ello tanto en el ámbito de la pareja como fuera de ella. Debe ampliarse el ámbito objetivo y subjetivo de la violencia de género, para adaptarlo al Convenio de Estambul. Se debe ampliar el concepto de violencia de género que recoge nuestra legislación que se limita a la violencia que ejercen las parejas y exparejas de las mujeres y ampliarse a otras conductas que suponen ataques de extrema gravedad sobre la mujer por el mero hecho de serlos tales como delitos contra la libertad sexual, matrimonios forzados, violencia económica, mutilación genital femenina, trata de mujeres con fines de explotación sexual, el acoso sexual o delitos de odio basados en el género.
– Que toda la sociedad, han de comprometerse en esta lucha para la prevención y erradicación de las violencias machistas, así como en la asistencia y reparación de todas las mujeres que viven violencia, independientemente de la situación administrativa en que se encuentren y sin incurrir en la victimización múltiple en los procesos de atención. La finalidad básica es apoyar a las mujeres en su proceso de recuperación, empoderamiento y búsqueda de la plena autonomía.
– Que es necesaria la implicación de los medios de comunicación para ofrecer un tratamiento adecuado de las diferentes violencias contra mujeres y niñas, visibilizándolas, evitando el sensacionalismo morboso en su tratamiento y utilizando un lenguaje y unas imágenes no sexistas.
-Falta de aplicación directa para garantizar los derechos de los menores. -Queremos reivindicar que los porcentajes de representación femenina en los círculos de toma de decisiones, nos indican quienes ostentan el poder. La discriminación en el acceso al empleo, en las modalidades contractuales y en el salario, prueban que el mercado percibe a las mujeres como seres desiguales y subalternos.
-Hacer hincapié en el tráfico con fines de explotación sexual, ya que es una nueva forma de esclavitud que forma parte de una industria del sexo, con la complicidad de poderes públicos y proxenetas.
La necesaria sensibilización pasa no sólo por exigir una decidida voluntad política que permita acabar con esta tremenda realidad social, sino por generar una sociedad que rechace de forma abierta cualquier tipo de agresión tanto física o psicológica contra las mujeres.
En ocasiones, las complicidades se dan en pequeñas cosas; en alguna broma, algún gesto. La violencia de género no emana de la nada, parte de su caldo de cultivo son los pequeños actos cotidianos que, a fuerza de costumbre, nos lleva a admitir situaciones ante las que tenemos que revelarnos como lo que realmente son; una verdadera semilla de discriminación y violencia.
Que esta protesta contra las prácticas que atentan contra la identidad de las mujeres no se circunscriba a una mera cita en el calendario con motivo del "Día contra la Violencia hacia las Mujeres”, dejemos constancia de nuestro compromiso en la lucha contra la violencia de género, y transmitamos a las generaciones futuras el respeto a la igualdad de derechos y oportunidades.
¡NI UNA MÁS NI UNA MENOS!
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