FORO SOCIAL SEGOVIA

La traición, otra vez.

Llegó la Ley de Memoria Histórica de la que tanto nos habló en su día el gobierno, y que de una vez por todas, iba a servir para cerrar las heridas que durante treinta años de democracia no habían dejado de supurar. Porque se trataba de eso, de cerrar heridas, no de abrirlas, se trataba de recuperar la simiente democrática de este país, la memoria histórica si, pero no sólo la memoria, la exigencia social era de justicia, justicia para los vencidos y sus descendientes, para los desaparecidos, los asesinados y ejecutados impunemente, los encarcelados durante años, los apaleados, exiliados, depurados, adoctrinados, sometidos, silenciados, la exigencia era de justicia, justicia histórica.

Pero una vez más hemos sido traicionados, pues traición es, que la palabra historia halla sido deliberadamente suprimida del proyecto de la ley, y no hablo únicamente de una cuestión semántica, traición, es que los juicios franquistas no sean anulados, que victimas como Grimau, Granados, Delgado, y tantos otros, sigan sin ser reconocidos como verdaderos padres de la democracia, que las calles de nuestros pueblos y ciudades, lleven nombres de asesinos y torturadores, porque su retirada se convierte en un mero trámite de competencia municipal, traición, si los familiares y voluntarios siguen costeando las excavaciones de las fosas comunes que inundan la geografía nacional, desenterrando los huesos de sus parientes y vecinos con sus propias manos, sin que su historia y la de sus verdugos conste en los libros de texto de todos los centros de enseñanza.

Traición en fin, señores del gobierno, que después de cuarenta años de franquismo y de todas las promesas hechas, vuelvan ustedes ahora, para equiparar a los sufridores de tan largo y salvaje periodo, con los que perdieron su vida en una guerra civil que fue el acto de presentación ante el mundo de un dictador sanguinario. Puede ser verdad, que el Valle de los Caídos no sirva más de escenario, para que los cachorros del fascismo español, hagan sus desfiles con las banderas al viento, pero para eso no hacía falta sacar una ley nueva, bastaba con cumplir la que había. La ley ha sido un fraude, pienso, una autentica bajada de pantalones para evitar la confrontación con la derecha de este país, pero la confrontación es inevitable , han sido vencidos por lo políticamente correcto, en un tiempo lleno de afrentas e incorrecciones políticas. Han vuelto a traicionar la esperanza de un pueblo que renunció a todo, para que el consenso democrático fuera posible, esperando, que algún día pudieran curar sus heridas. Es presumible que las heridas, a partir de hoy, sigan abiertas.

“Vencido y desarmado el ejercito de la memoria, las tropas revisionistas y traidoras han alcanzado sus últimos objetivos. La historia ha terminado.” ANIBAL