Afortunadamente la sociedad existe. Afortunadamente los hombres y las
mujeres que la componen la dan también forma gracias a su común participación
en la “cosa pública” (res pública). Su interrelación favorece el
asociacionismo, la agrupación en torno a intereses comunes, la movilización
para, juntos, poder cambiar las cosas. El foro social de Segovia tiene sentido
al servicio de la movilización segoviana, de los múltiples movimientos que
intentan transformar nuestro mundo en sentido de una mayor justicia y
solidaridad, realidad que nos es más cercana. Todos estos movimientos sociales
tienen una función, desde mi punto de vista, esencial: la legitimación del
poder. Me explicaré.
En toda sociedad el poder- entendido como capacidad de hacer realidad la
voluntad común de sus miembros- es una realidad que nos afecta a todos.
En el vértice de la pirámide se sitúa el Estado y el gobierno al frente
del poder ejecutivo del mismo. Todas sus instituciones están impregnadas de una
parte de ese poder, pero solo pueden mantenerse con el soporte de la
legitimidad. Sin embargo, la experiencia nos demuestra que el poder puede
desempeñarse ilegítimamente, es decir, al servicio de intereses que no son los
del conjunto de los ciudadanos, con especial cuidado en la defensa de los más
desfavorecidos.
¿Nos suena de algo esta música? En la situación en la que vivimos, la
ciudadanía tiene como primera misión mostrar al rey desnudo: la obscenidad de
un poder supuestamente democrático que está desnudo de legitimidad y enseña,
cada vez más descaradamente, las vergüenzas de unos intereses esencialmente
financiero-empresariales-corporativos.
En segundo lugar, la ciudadanía tiene la obligación moral de recuperar
el poder (o mejor los poderes) y dotarles de la legitimidad que solo puede
proveer la soberanía popular. No obstante, para ello, la ciudadanía en
abstracto, tiene que auto organizarse, tomar conciencia de sus intereses y de
lo que está en juego. Debe convertirse en ciudadanía movilizada y
autoorganizada, esto es, convertirse en actor colectivo que tenga como objetivo
el cambio social. Esta es mi forma de entender mis movimientos sociales.
El foro social y su boletín quieren ser una gota en ese fermento de
futuro, que pasa por el análisis de la realidad, la capacidad crítica, la
definición de intereses comunes y la movilización y plasmación política de esas
diversas voluntades que, partiendo de los propios ciudadanos devuelvan a la
política la legitimidad de una verdadera soberanía popular.
A.L.
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