UN PAÍS EN NEGRO
Partamos de la base de que no somos un país más corrupto que otros. No hay nada en nuestro ADN que nos haga más corruptibles. La explicación de lo que ocurre hemos de buscarla en otras partes.
Nuestra democracia adolece de falta de mecanismos de control suficientes. Una vez instalados en el poder los partidos políticos (las mayorías absolutas incrementan el riesgo) se comportan como familias mafiosas, y se atienen rigurosamente a la regla no escrita de la homertá entre sus miembros. En consecuencia se convierten en una casta de privilegiados que tiene acceso a los mecanismos de control y apropiación de lo público en beneficio de ellos mismos, sus partidos y otros acólitos entre los que destacan los empresarios afines.
Una vez en el poder multiplican los puntos negros del campo visual de la sociedad en los que quedan ocultos los comportamientos mafiosos y corruptos, amparados en una trama de relaciones personales que vinculan lo público con lo privado y a los partidos los hace cómplices entre sí. El bipartidismo es una falacia en la que el papel de gobierno y oposición se desempeñan dentro de un equilibrio sistémico, solo alterado por las declaraciones “declamatorias” de un enfrentamiento teatralizado.
Hasta ahora la ciudadanía ha permanecido silenciosa y espectadora, embarcada en un juego de sombras chinescas en el que se le adjudicaba un fantasmagórico papel de juez último que expresaba su voluntad cada cuatro años, otorgando el gobierno a unos o a otros.
La coyuntura histórica de crisis del capitalismo y las políticas de rescates con dinero público a la banca para salvar el sistema financiero de una quiebra generalizada, han provocado un estrangulamiento de todo lo público con recortes en servicios esenciales y un desmantelamiento de derechos adquiridos. La consecuencia lógica ha sido la deslegitimación de la política tal y como se venía entendiendo y el surgimiento de una ciudadanía indignada y, cada vez, más militante.
La brecha entre una minoría de privilegiados y el resto, se ha hecho patente e insoportable al salir a la luz la corrupción que ha carcomido las estructuras de los partidos y el mundo empresarial del que ha sido cómplice. El expolio, en su economía y en sus derechos, es una evidencia diaria para cada vez mayor número de españoles. Hemos llegado al punto de decir ¡basta! El hedor es ya insoportable, no estamos dispuestos a seguir siendo los paganos de una fiesta a la que no nos han invitado.
Los ciudadanos hemos perdido la “inocencia” con respecto a nuestros políticos y al sistema de partidos imperante. Ya no nos creemos que con entonaciones varias del consabido “mea culpa” y el cargar las responsabilidades en comportamientos individuales, quede resuelto el problema. Ya no nos conformamos con cualquier cosa para pasar página y volver a más de lo mismo.
La falta de confianza es sustancial, tras ella se escucha un grito de renovación en profundidad. Ya no nos sirven las soluciones consensuadas por los dos grandes, exigimos unas nuevas reglas de convivencia que tengan como señal de identidad la prevalencia de la soberanía popular y la puesta en marcha de canales de expresión política institucional de la misma. Un verdadero proceso constituyente que defina controles políticos efectivos y convierta a los partidos y plataformas electorales en expresiones de esa voluntad popular, sin excluir la esencial división de poderes que haga efectiva una democracia que merezca ese nombre.
Sin duda en el trabajo que nos espera, los ciudadanos debemos ser los verdaderos protagonistas; los actores de una política en el más estricto sentido de la palabra.
3 comentarios:
ramonfranciscoarnaunuez.blogspot.com/... hace 3 días - "LA ARAÑA" ex-agente del CESID: Los 1051 delitos comunes cometidos por el Rey Juan Carlos-I que ...
ramonfranciscoarnaunuez.blogspot.com/... hace 3 días - "LA ARAÑA" ex-agente del CESID: Los 1051 delitos comunes cometidos por el Rey Juan Carlos-I que ...
Animo a todos los segoviNos a que se manifiesten ante la penitenciaria para exigir la liberacion de Romon Francisco Arnau Nuez ex-agente del CSID
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