En el día internacional por la eliminación de las violencias hacia las mujeres queremos poner énfasis en cómo la pandemia agrava la situación de las mujeres que sufren violencias machistas, porque facilita el control que ejercen los agresores al tiempo que dificulta el acceso de las mujeres a los recursos existentes, más limitados aún en esta situación de crisis sanitaria a lo largo de este año.
Desde 2003 hasta junio de este año se han producido 1.055 asesinatos por violencia machista. El número asciende cada año: en 2018 fueron 89, en 2019 murieron 99 mujeres y en 2020 (hasta octubre) 72. Se puede comprobar que las cifras van en aumento año tras año, lejos de paliar este gravísimo problema, se agrava.
Este año 2020 no solo nos estamos enfrentándonos a un virus letal que nos arrebata a familiares y seres queridos, sino que asistimos a un doble virus: uno sanitario, el coronavirus, y otro social, la violencia de género. Ambos letales en la mayoría de los casos. El confinamiento y/o las restricciones que se aplican en esta situación de pandemia han hecho que miles de mujeres convivan con sus agresores, viviendo incluso las 24 horas diarias con su mayor enemigo. Los maltratadores se han visto impunes ante una situación dominada por ellos, ya que se dificultan, y en ocasiones impiden totalmente, las relaciones fuera del hogar y se dificulta la posibilidad de poner una denuncia. Además, a nivel psicosocial las cuarentenas y confinamientos, totales o parciales, tienen efectos nocivos sobre la salud mental de las personas, siendo una situación ideal para que los maltratadores puedan ejercer el abuso y la violencia con mayor facilidad hacia las personas de su alrededor.
A modo de ejemplos: el día 14 mayo de 2020 se recogen 20.732 llamadas al 016, 41,1% más que las 14.662 en el mismo periodo del 2019. En el periodo que va desde el 14/03 al 28/04 de este año, ocho mujeres fueron asesinadas en siete semanas de confinamiento: dos por sus parejas, tres a manos de sus hijos, una víctima de un hombre con el que convivía (inquilino) y las dos restantes por asesinos que aún no se han identificado. De estas ocho mujeres, tan solo dos habían denunciado antes a su victimario.
Según ONU Mujeres: antes de que existiera la COVID-19, la violencia doméstica ya era una de las violaciones de los Derechos Humanos más flagrantes. Con el confinamiento la cifra ha crecido de manera exponencial con efectos nefastos en la salud sexual y reproductiva de las mujeres, así como en su salud mental. Con las medidas que se vienen adoptando tras el periodo de confinamiento total, la situación es menos espectacular, pero sigue siendo dramática y, en muchos casos letal. Los abusos, la violencia de género y las muertes de mujeres en el hogar siguen en cifras notablemente más altas que antes de la pandemia. Es una situación que no podemos normalizar, combatir la violencia de género es una misión inaplazable en la que debe implicarse toda la sociedad.
Foro Social de Segovia
Desde 2003 hasta junio de este año se han producido 1.055 asesinatos por violencia machista. El número asciende cada año: en 2018 fueron 89, en 2019 murieron 99 mujeres y en 2020 (hasta octubre) 72. Se puede comprobar que las cifras van en aumento año tras año, lejos de paliar este gravísimo problema, se agrava.
Este año 2020 no solo nos estamos enfrentándonos a un virus letal que nos arrebata a familiares y seres queridos, sino que asistimos a un doble virus: uno sanitario, el coronavirus, y otro social, la violencia de género. Ambos letales en la mayoría de los casos. El confinamiento y/o las restricciones que se aplican en esta situación de pandemia han hecho que miles de mujeres convivan con sus agresores, viviendo incluso las 24 horas diarias con su mayor enemigo. Los maltratadores se han visto impunes ante una situación dominada por ellos, ya que se dificultan, y en ocasiones impiden totalmente, las relaciones fuera del hogar y se dificulta la posibilidad de poner una denuncia. Además, a nivel psicosocial las cuarentenas y confinamientos, totales o parciales, tienen efectos nocivos sobre la salud mental de las personas, siendo una situación ideal para que los maltratadores puedan ejercer el abuso y la violencia con mayor facilidad hacia las personas de su alrededor.
A modo de ejemplos: el día 14 mayo de 2020 se recogen 20.732 llamadas al 016, 41,1% más que las 14.662 en el mismo periodo del 2019. En el periodo que va desde el 14/03 al 28/04 de este año, ocho mujeres fueron asesinadas en siete semanas de confinamiento: dos por sus parejas, tres a manos de sus hijos, una víctima de un hombre con el que convivía (inquilino) y las dos restantes por asesinos que aún no se han identificado. De estas ocho mujeres, tan solo dos habían denunciado antes a su victimario.
Según ONU Mujeres: antes de que existiera la COVID-19, la violencia doméstica ya era una de las violaciones de los Derechos Humanos más flagrantes. Con el confinamiento la cifra ha crecido de manera exponencial con efectos nefastos en la salud sexual y reproductiva de las mujeres, así como en su salud mental. Con las medidas que se vienen adoptando tras el periodo de confinamiento total, la situación es menos espectacular, pero sigue siendo dramática y, en muchos casos letal. Los abusos, la violencia de género y las muertes de mujeres en el hogar siguen en cifras notablemente más altas que antes de la pandemia. Es una situación que no podemos normalizar, combatir la violencia de género es una misión inaplazable en la que debe implicarse toda la sociedad.
Foro Social de Segovia
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