Las organizaciones políticas y sociales que integramos La Plataforma Unitaria contra la Crisis – Cumbre Social de Segovia queremos expresar ante la Opinión Pública nuestra rabia e indignación por el vergonzoso acuerdo suscrito por la Comisión Europea con el gobierno turco por el cual cualquier refugiado que huyendo de la guerra, del hambre, de la persecución y de la trata será retenido en territorio turco o devuelto si ha accedido a Europa de manera “irregular” aunque les asista el derecho internacional en materia de refugiados.
A cambio de seis mil millones de euros, visados para ciudadanos turcos y reconsideración de los obstáculos que impiden el ingreso de Turquía como Estado miembro de la U.E., los dirigentes europeos han abandonado a su tétrica suerte a cientos de miles de refugiados condenándolos al hambre, el frío, la enfermedad y la muerte -especialmente infantil- en su obligada estancia en los miserables campos que forman el nuevo “Muro de la Vergüenza”. Es de destacar que la situación de los refugiados ha sido abordado de forma mercantilista y no atendiendo a razones humanitarias.
Los gobernantes europeos han contravenido sus compromisos adquiridos, han vulnerado todos los acuerdos suscritos en materia de Derechos Humanos e, incluso, han actuado en contra de lo que la propia Constitución Europea contempla. No son sólo las voces ya desgarradas de millones de ciudadanos del Mundo los que claman contra la barbarie xenófoba de las instituciones europeas; la ONU y Amnistía Internacional han manifestado contundentemente su oposición al tratamiento inhumano.
Nos preguntamos, preocupados y temerosos, si es esta la Europa que espera a las próximas generaciones. Una Europa que pretendía ser construida sobre la cohesión y la solidaridad ha dado paso a una Europa de los “mercaderes”, gestionada por agentes que no responden a la voluntad democrática de sus ciudadanos y que impone medidas que, por los efectos alcanzados, sobrepasan comportamientos insolidarios para engrosar la “Galería Criminal del siglo XXI” .
Es rabia, indignación, impotencia y rebeldía lo que nos obliga a denunciar este acuerdo. Nos avergüenza no haber sido capaces de sentirnos colectivamente lo suficientemente agraviados ante tanto ultraje y agresión ejercida contra seres humanos como nosotros que han tenido la desgracia de huir de situaciones a las que contribuye Europa y haber tenido la mala suerte de no haber encontrado acogida a la medida de su condición como personas. En tal sentido secundaremos y llamaremos a secundar cualquier movilización que en Europa y/o en España se enfrente a la Comisión Europea y a los gobiernos que la sostienen con el único anhelo de que los Derechos Humanos presidan la construcción de la Europa solidaria que merecemos.
Nos haremos ver, nos oirán y sentirán nuestro clamor. Como figuraba en una pancarta en una manifestación en Francia el pasado día 10 contra la Reforma Laboral a la francesa, gritamos con una sola voz: “¿Qué pensabais, que nos íbamos a quedar en twitter?”
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