La convocatoria nacional para defender el derecho a la vivienda tuvo una respuesta masiva y más de cuarenta ciudades españolas se sumaron con concentraciones, manifestaciones y actos diversos.
Segovia no faltó a la cita y, el sábado 5 de abril, la Plaza del Azoguejo se llenó de camisetas verdes y amarillas, de pancartas y carteles, de música y de juventud. Muchas personas jóvenes se dieron cita para defender el derecho a la vivienda bajo el lema “La vivienda no es un negocio, es un derecho”.
Las pancartas que presidían la concentración no admitían ninguna duda, en ellas, en grandes letras podía leerse “La vivienda no es un negocio, es un derecho. Acabemos con la especulación” y “¿Quién protege mi derecho a la vivienda?”, señalando así a fondos buitres, especuladores y negociantes como culpables y a las administraciones públicas como responsables, por inacción. Muchos otros carteles explicaban, cada uno a su manera, la situación: “Ningún desahucio sin alternativa habitacional”, “Aytos. Y Juntal de CyL es vuestra obligación”, “Crisis habitacional por precios abusivos. Bajemos los alquileres”, “Vivienda digna y adecuada para todas, según el artículo 47 de la Constitución”… y muchos, muchos más.
El comunicado leído en el que se explicó la situación con datos incontestables y se señalaban culpabilidades y responsabilidades fue respondido por toda la plaza con aplausos y fuertes gritos entre los que destacaban “Ni gente sin casas ni casas sin gente”, “Es un derecho, no un negocio” o “Hay que acabar con la especulación”, y otras muchas más.
Llegaban las noticias de manifestaciones en muchos otros puntos de España, en todos muy numerosas, con muchas personas jóvenes, también mayores. El pueblo ha expresado una necesidad, ha pedido con fuerza el cumplimiento de la Constitución, ahora corresponde a las autoridades públicas, locales, autonómicas y nacionales, abandonar su inacción y tomar medidas urgentes para evitar desahucios sin alternativa habitacional, regular el precio de la compra y el alquiler de la vivienda hasta unos límites razonables, aumentar el parque de viviendas públicas, acabar con la especulación, controlar y limitar los beneficios estratosféricos de fondos buitres y grandes y medianos tenedores. En definitiva: cumplir con el artículo 47 de la Constitución y pensar en las personas en lugar de pensar en el beneficio de unos pocos.
Nos seguimos viendo en las calles.
Las pancartas que presidían la concentración no admitían ninguna duda, en ellas, en grandes letras podía leerse “La vivienda no es un negocio, es un derecho. Acabemos con la especulación” y “¿Quién protege mi derecho a la vivienda?”, señalando así a fondos buitres, especuladores y negociantes como culpables y a las administraciones públicas como responsables, por inacción. Muchos otros carteles explicaban, cada uno a su manera, la situación: “Ningún desahucio sin alternativa habitacional”, “Aytos. Y Juntal de CyL es vuestra obligación”, “Crisis habitacional por precios abusivos. Bajemos los alquileres”, “Vivienda digna y adecuada para todas, según el artículo 47 de la Constitución”… y muchos, muchos más.
El comunicado leído en el que se explicó la situación con datos incontestables y se señalaban culpabilidades y responsabilidades fue respondido por toda la plaza con aplausos y fuertes gritos entre los que destacaban “Ni gente sin casas ni casas sin gente”, “Es un derecho, no un negocio” o “Hay que acabar con la especulación”, y otras muchas más.
Llegaban las noticias de manifestaciones en muchos otros puntos de España, en todos muy numerosas, con muchas personas jóvenes, también mayores. El pueblo ha expresado una necesidad, ha pedido con fuerza el cumplimiento de la Constitución, ahora corresponde a las autoridades públicas, locales, autonómicas y nacionales, abandonar su inacción y tomar medidas urgentes para evitar desahucios sin alternativa habitacional, regular el precio de la compra y el alquiler de la vivienda hasta unos límites razonables, aumentar el parque de viviendas públicas, acabar con la especulación, controlar y limitar los beneficios estratosféricos de fondos buitres y grandes y medianos tenedores. En definitiva: cumplir con el artículo 47 de la Constitución y pensar en las personas en lugar de pensar en el beneficio de unos pocos.
Nos seguimos viendo en las calles.
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