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martes, 13 de mayo de 2025

Manifiesto 15 Mayo 2025, Conmemoración de la Nakba

 

15 de mayo de 2025, 77 aniversario de la Nakba, la catástrofe. Para el Pueblo Palestino un momento de trauma y desposesión que sigue estando presente en su Memoria, pero que también alimenta su imaginario de liberación y autodeterminación, que no han logrado apagar 77 años de ocupación, de limpieza étnica y apartheid.


La Nakba fue la consecuencia de la complicidad del imperialismo británico con la colonización judía de la tierra palestina y de la mala conciencia europea por el Holocausto y el antisemitismo. La añorada promesa del regreso a la “Tierra Prometida” parecía ofrecer una solución a la ubicación de los supervivientes judíos del nazismo que Europa no quería acoger en sus fronteras.

Entre enero y marzo de 1948, la milicia sionista de la Haganá materializó lo que ya habían diseñado previamente, el Plan Dalet, consistente en el traslado forzoso de la población palestina de aquellos lugares estratégicos que consideraban esenciales para el futuro Estado de Israel. En abril y mayo de 1948 los más de 50.000 efectivos de la milicia judía llevaron a cabo los planes previstos de limpieza étnica que se verían culminados, tras la guerra del 48-49, con la anexión a Israel del 78% del territorio palestino, muy superior al 54% que había señalado el Plan de Partición de la ONU en 1947. Se cumplían así las previsiones de David Ben Gurion que ya había declarado: “soy partidario del traslado forzoso, no veo nada inmoral en ello”. 

El coste para los palestinos fue inmenso. Alrededor de 750.000 tuvieron que abandonar sus hogares, entre 418 y 579 poblaciones desaparecieron siendo destruidas totalmente, sustituidas por asentamientos israelíes, integradas en espacios restringidos de uso militar, convertidas en bosques y zonas de esparcimiento, etc. 156.000 personas permanecerían en sus hogares en lo que sería el Estado de Israel. El ejército israelí, violó, asesinó sumariamente, expolió las propiedades de los palestinos, arrasó sus campos, arrancó sus árboles y acabó con la vida de aproximadamente 13.000 personas, alterando profundamente la geografía política y humana de esa tierra.

Esto hemos de recordarlo porque la Nakba ha sido un agujero negro en la memoria colectiva de la humanidad, que con la complicidad de los políticos y el silencio de los medios pareció no haber existido, o ser solo un episodio más de un conflicto que se consideraba un asunto interno. Además, Israel también contribuyó a esta política de olvido. En 2011 el Parlamento israelí penalizó la conmemoración de la Nakba y prohibió el uso del término en textos y discursos oficiales. La Nakba no existe en las escuelas israelíes y se impide su celebración en los territorios ocupados. 

Pero para los palestinos la Nakba no ha cesado, sigue produciéndose, nunca dejó de hacerlo y ahora más que nunca desde el 7 de octubre de 2022: En la Franja de Gaza, que Israel quiere limpiar de presencia palestina, en Cisjordania, Jerusalén Este y los territorios fronterizos del Líbano y Siria. 18 meses de bombardeos y un asedio criminal en el que Israel no respeta nada, ni escuelas ni hospitales, que destruye sistemáticamente las infraestructuras básicas y corta todo suministro vital: ni agua, ni alimentos, ni medicinas, ni combustibles. ¿De cuantas muertes va ha ser responsable Israel, además de los 52.000 asesinados hasta el momento? ¿Qué dramáticas secuelas va a dejar a la generación de niñas y niños que puedan quedar con vida cuando se logre detener la matanza?

Esta es la realidad de la Nakba que no cesa y que se convierte, a un tiempo, en aguijón para la liberación del Pueblo Palestino. Una presencia continua en su existencia colectiva allá donde se encuentren: en los territorios ocupados, en los campamentos de refugiados, en la diáspora repartidos por medio mundo. Es el sello de su identidad de Pueblo en el exilio. 

Es nuestra obligación moral prestar a la causa palestina todo el apoyo del que seamos capaces, si no queremos participar de la ignominia de los que miran para otro lado. Porque, aunque hallamos nacido en otras latitudes, la causa que defienden es nuestra propia causa, la de una humanidad que no quiere perder su rostro humano.

Exigimos que cese todo tipo de relación con el Estado sionista de Israel, y se le arrincone en el concierto internacional, como el Estado paria que es.

No más complicidades que manchan las manos de sangre inocente.

Por una Palestina libre ¡Viva la lucha del Pueblo Palestino!

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